Y vivieron felices para siempre" así termina la historia que aquí comienza, la historia que cuenta el cuento que aquí les cuento.
"Si acepto" dijo ella, mirándolo a los ojos, entregándole el alma.
No habían anillos, ni trajes de alto costo, solo los novios vestidos como cualquier día, mano sobre mano, corazón sobre corazón.
El cura improvisado para la ocasión era Carlitos, el vecino de enfrente de Andrés el novio. Carlitos y Andrés habían compartido muchas aventuras juntos, y en esta ocasión no lo podía dejar a pata, y si bien de cura no tenía nada, se había aprendido el versito y estaba dispuesto.
No daba para ir a una iglesia, con una reunión entre amigos alcanza y sobra, así habían acordado Andrés y Claudia, los novios, total a nadie más le importa.
No era nada del otro mundo, a la fiesta estaban invitados los amigos íntimos, la hicieron en el barrio, en el fondo de la casa de Beti, la amiga de toda la vida de Claudia, en total eran... bueno más o menos unos diez, contando a los novios y todo.
De comer habían juntado poco, es que no había mucha plata, unos bizcochos que trajo Víctor, el mayor del grupo, el que se encargaba de la organización, que además había pedido que alguien si podía trajera una torta, pero como no dio para tanto, en su lugar consiguieron una rosca dulce, y la adornaron con grageas y chocolates. Al final de cuentas está bien, lo importante era celebrar.
El día anterior Claudia lloraba y reía como loca, una mezcla de nervios y alegría, mientras sus amigas le ayudaban a elegir el atuendo.
- Este pantalón te va bien, lo usas con esa blusa, la amarilla esa que te queda tan linda.
"Si acepto" dijo ella, mirándolo a los ojos, entregándole el alma.
No habían anillos, ni trajes de alto costo, solo los novios vestidos como cualquier día, mano sobre mano, corazón sobre corazón.
El cura improvisado para la ocasión era Carlitos, el vecino de enfrente de Andrés el novio. Carlitos y Andrés habían compartido muchas aventuras juntos, y en esta ocasión no lo podía dejar a pata, y si bien de cura no tenía nada, se había aprendido el versito y estaba dispuesto.
No daba para ir a una iglesia, con una reunión entre amigos alcanza y sobra, así habían acordado Andrés y Claudia, los novios, total a nadie más le importa.
No era nada del otro mundo, a la fiesta estaban invitados los amigos íntimos, la hicieron en el barrio, en el fondo de la casa de Beti, la amiga de toda la vida de Claudia, en total eran... bueno más o menos unos diez, contando a los novios y todo.
De comer habían juntado poco, es que no había mucha plata, unos bizcochos que trajo Víctor, el mayor del grupo, el que se encargaba de la organización, que además había pedido que alguien si podía trajera una torta, pero como no dio para tanto, en su lugar consiguieron una rosca dulce, y la adornaron con grageas y chocolates. Al final de cuentas está bien, lo importante era celebrar.
El día anterior Claudia lloraba y reía como loca, una mezcla de nervios y alegría, mientras sus amigas le ayudaban a elegir el atuendo.
- Este pantalón te va bien, lo usas con esa blusa, la amarilla esa que te queda tan linda.
Para el no fue tanto el problema, los vaqueros de siempre y la camisa bien planchada, eso si, los zapatos si, los que usa para las fiestas, los veintiúnicos, que ya tienen su tiempo pero que todavía sirven para hacer facha.
Hacía una semana que lo habían decidido, el se lo había pedido de rodillas, tal como en las películas. No le importaba que dijeran los demás, "total nunca me toman en cuenta" decía medio ofendido, "al que no le guste que no mire" y tenía razón.
Todos mas o menos sabían que eran el uno para el otro, los dos estaban medios locos, "mira que casarse así tan de repente, está bien que se quieran pero están medio locos" así los molestaban, medio en joda medio en serio, pero ellos se reían, que sabrían los otros de todo esto.
Hacía tan poco que se conocían, solo hace dos años que Andrés había llegado al barrio, pero el amor le pego de lleno el primer día que vio a Claudia, y ella sabía también que ese fue el momento.
Y así fue como empezó la historia, un cruce de miradas y una sonrisa.
El final ya lo conocen, después del "si acepto" vino la fiesta, cortaron la rosca y brindaron con jugos.
Vivieron felices para siempre es lo que dicen, yo no los volví a ver desde la fiesta, se que Andrés entró a la escuela ese mismo año, a sus jóvenes seis años ya era casado, y su novia algo mas grande, de siete y pico.
.
(Dedicada a Lukita que pidió una historia feliz !!!)
.
WILSON CRUZ - Montevideo, Uruguay.
http://pensadonia.blogspot.com/
Hacía una semana que lo habían decidido, el se lo había pedido de rodillas, tal como en las películas. No le importaba que dijeran los demás, "total nunca me toman en cuenta" decía medio ofendido, "al que no le guste que no mire" y tenía razón.
Todos mas o menos sabían que eran el uno para el otro, los dos estaban medios locos, "mira que casarse así tan de repente, está bien que se quieran pero están medio locos" así los molestaban, medio en joda medio en serio, pero ellos se reían, que sabrían los otros de todo esto.
Hacía tan poco que se conocían, solo hace dos años que Andrés había llegado al barrio, pero el amor le pego de lleno el primer día que vio a Claudia, y ella sabía también que ese fue el momento.
Y así fue como empezó la historia, un cruce de miradas y una sonrisa.
El final ya lo conocen, después del "si acepto" vino la fiesta, cortaron la rosca y brindaron con jugos.
Vivieron felices para siempre es lo que dicen, yo no los volví a ver desde la fiesta, se que Andrés entró a la escuela ese mismo año, a sus jóvenes seis años ya era casado, y su novia algo mas grande, de siete y pico.
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(Dedicada a Lukita que pidió una historia feliz !!!)
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WILSON CRUZ - Montevideo, Uruguay.
http://pensadonia.blogspot.com/
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Wilson Cruz, también es autor del relato "La lección" que puede leerse en, Linde5-otro enfoque (Contra el abandono y el maltrato animal)