Enciendo mi sombrero
y se iluminan las habitaciones de mi mente.
Te encuentro en un rincón,
agazapado,
intentando esconder las manos,
llenas de respuestas.
Qué niño sigues siendo. . .
Ahora no me cabe ninguna duda:
fuiste tú quien volvió a apagar la luz.
Enciendo mi sombrero
y cantan las luciérnagas en la solapa de mi abrigo.
Sonrío,
no sé si por dentro o por fuera.
Se han despertado mis hilos conductores
y estoy otra vez, técnicamente viva.
-o-
REPORTERA DE INTERIORES - Madrid, España.
N/C
11 comentarios:
Bonito poema, Reportera. Es todo un canto a la rotura de cadenas de un amor inmaduro.
La foto expresa ese momento de la vida; nuevas ramas, nuevas hojas. La savia vuelve a funcionar.
Un beso.
Carla
Amiga, "Enciendo mi sombrero" me parece un poema hermoso, con el agregado de su brevedad. Dices muchas cosas en muy poco espacio.
Expresas el despertar de una mujer. De una mujer que del enamoramiento estéril pasa a mirar otros horizontes.
El árbol le dice todo: las hojas que se caen pronto las reemplazaran otras más fuertes y con más ganas de vivir.
Reportera, te dejo mi aplauso.
Odi
Muchas gracias a las dos. ¿Las? La verdad que Odi no sé si es chica o no. Gracias a los dos.
Me alegro de que os haya gustado. En cuanto a la foto es cosa de Ricardo, por cierto, muy bonita, no sé si llegué a comentártelo. Realmente expresiva.
Un abrazo a todos,
ana
Reportera, con tu permiso, voy dejarte una información. ODI es el femenino de ODIN, el dios escandinavo de la guerra.
Tu confusión debe partir de RODI, ya que asi se le llama a los RODOLFO.
Aprovecho para invitarte a leer mi relato titulado "Esperando la comida", que aparece en esta misma galería.
Reitero mi opinión sobre tu hermoso poema.
Un beso.
Odi
Eso de encender el sombrero, (no para darse sombra sino para iluminarse), y el estar técnicamente viva, son dos hallazgos. De esos hallazgos que los lectores gustamos leer.
Esta poesía llega con facilidad, y lo que es más meritorio, también se lo recuerda con facilidad.
Ahora, la foto del árbol-mujer, expresa una imagen insuperable; un feliz complemento poético al espíritu del poema.
A tus pies, Reportera.
Dos3cuatro.
La foto del árbol ya lo dice todo; estás "técnicamente viva".
En tus nuevas ramas y en tus nuevas hojas llevas la alegría de haber roto las cadenas de un amor equivocado. La inmadurez lleva consigo la inestabilidad y el hartazgo.
Me gustó. El poema es un derroche de franqueza y sensibilidad.
Yaiza.
Mucho sentimiento, sin duda. Parece que lo hubieras vivido, y lo que se ha vivido se cuenta mejor porque se alumbra con la luz del dolor. Para mí, "ENCIENDO MI SOMBRERO" es un poema con mayúsculas.
La foto es todo un acierto; expresa el reencuentro de ella con la vida, con la vida que se renueva en cada gajo, en cada hoja.
Un fuerte abrazo, Reportera.
Julio
"...se iluminan las habitaciones de mi mente". Qué hermoso. Siempre agrádome la gente que con palabras pintan imágenes.
En "Enciendo mi sombrero", encontré la eterna repetición; la mujer debe asumir la última responsabilidad (al menos así es, en la cultura que me rodea).
Sin ánimo de molestarte, te aviso que de memoria aprenderé este poema para "recitárselo" a mis amigas.
Amiga Reportera de Interiores (imagino que de interiores del alma), aún siendo poco dada a emitir palabras de halago, debo decirte que para mí tú y la poesía van de la mano.
Desde Guinea Ecuatorial, un sincero saludo.
(Agradezco infinitamente tus palabras vertidas en mi relato "Un dolor que no se borra". Para mí adquieren un sentido de comprensión y apoyo. Me siento honrada de saber que mi pobre historia te conmovió. Con gente como tú, también yo "me siento técnicamente viva").
Aunque hace tiempo que dejasteis vuestros comentarios no quiero dejar de contestar, aunque quizá no lo leáis. Intenté entrar en vuestros perfiles pero no pude, supongo que no los tenéis.
Gracias Odi por tu aclaración y por tu invitación, cuando tenga un rato lo leeré.
Álvaro, a tus pies, yo. Me alegro de que hayas visto así mi poema, con esos ojos generosos. Lo de hallazgo llega al alma. Gracias. ;)
Yaiza, muchas gracias por tus palabras.
Julio, pues sí, lo he vivido, pero es algo más interno de lo que parece a juzgar por varios comentarios. Aprovecho para decirlo ahora, no sabía qué hacer, ni si tenía derecho a romper vuestra interpretación, pero tampoco puedo callar y asentir. No es un poema de desamor, son partes de mí. Gracias, Julio, por tus mayúsculas, muchas gracias.
Otro abrazo grande para ti.
Desde luego que la foto engarza muy bien con el poema, eso se lo debemos a Ricardo, el creador de esta página.
Hola, Amanda
Me emocionó mucho tu comentario, muchas gracias por tus elogios, que son muchos. Me alegro de que te gustara mi poema. Casi lloro al leer que lo ibas a aprender de memoria para recitarlo, es lo más bonito que me han dicho nunca. Sólo que me siento en la obligación de decirte, como ya he comentado antes, que el poema habla de mí, de varias partes de mí, no de los hombres ni de un amor. Pero todo el mundo lo ha entendido así, por lo que cada uno es libre de sentir con él lo que quiera. Pero ante comentarios tan directos tampoco quería callarme. Tú, como si nada, utilízalo como sientas.
Efectivamente, lo de reportera de interiores se refiere a interiores humanos...
Un abrazo muy grande para ti desde Madrid, España, y si tienes un blog me gustaría conocerlo y también que me avisaras cuando edites tu libro "Vivencias de una niña pobre".
Hasta pronto.
ana
Amiga Reportera de Interiores (y de exteriores), mucho me encantáron tus palabras. La emoción estuvo presente en mí al leerlas.
A mí tampoco nadie me habla en terminos tan deferentes.
Lo dicho anteriormente; tu poema tiene una categoría, que quizás mi modo de interpretarlo no llegue a tanto nivel. Pero haré un esfuerzo para que mis amigas lo conozcan, (tal como hice con el perro Fernando), pues ellas agradecen todas las novedades que les llevo.
Me halaga saber que gustarías conocer los derroteros que sigan mis humildes letras. Si consigo publicar mi libro (algo difícil porque sería enfrentarme a mi familia, muy adicta al silencio), te prometo que serás la primera en saberlo.
Aunque, sinceramente, pienso que tú publicarás primero (dile a Ricardo que haga algo al respecto). Aseguran por estas tierras que existen dioses de la suerte. Ojalá que alguno te llame a su sombra.
Si te consuela, te diré (yo, modesta lectora)
que la calidad de una obra se mide por la variedad de interpretaciones.
Un beso, Reportera, mi admiración se queda contigo.
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