miércoles, 7 de marzo de 2007

El nacimiento del arco iris


Hace mucho, mucho tiempo, en la espesa selva verde esmeralda habitaban unos pequeños animalitos que provocaban la admiración de todos aquellos que tenían la suerte de poder verlos. Eran siete magníficas mariposas, todas diferentes, pero cada una con sus alas pintadas de un color brillante y único. Su belleza era tal, que las flores de la selva se sentían opacadas cada vez que las mariposas revoloteaban su alrededor.


Eran inseparables, y cuando recorrían la selva parecían una nube de colores, deslumbrante y movediza. Pero un día, una de ellas se hirió con una aguda espina y ya no pudo volar con sus amigas. El resto de las mariposas la rodeo, y pronto comprendieron que la profunda herida era mortal. Volaron hasta el cielo para estar cerca de los dioses y, sin dudarlo, ofrecieron realizar cualquier sacrificio con tal de que la muerte de su amiga no las separara. Una voz grave y profunda quebró el silencio de los cielos y les preguntó si estaban dispuestas a dar sus propias vidas con tal de permanecer juntas, a lo que todas contestaron afirmativamente.


En ese mismo instante fuertes vientos cruzaron los cielos, las nubes se volvieron negras, y la lluvia y los rayos formaron una tormenta como nunca se había conocido. Un remolino envolvió a las siete mariposas y las elevó más allá de las nubes. Cuando todo se calmó y el sol se disponía a comenzar su trabajo para secar la tierra, una imponente curva luminosa cruzó el cielo, un arco que estaba pintado con los colores de las siete mariposas, y que brillaba gracias a las almas de estas siete amigas que no temieron a la muerte con tal de permanecer juntas.
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Fuente Original: Leyendas de Honduras.
Enfoque y narración: Alberto Zambade - Madrid, España.
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8 comentarios:

Mar dijo...

Una lectura muy fresca y una historia muy bonita.

Mónica Sabbatiello dijo...

La amistad, calma tibia para el ser humano y sus herdias, merece apostar fuerte como estas espléndidas y literarias mariposas.

Mónica Sabbatiello dijo...

Arriba, donde dice "herdias", ha de decir "heridas". Lo siento.

Alberto Zambade dijo...

Gracias por vuestros comentarios, pero el mérito es de Ricardo por cumplir una labor tan maravillosa; transmitir a los demás lo bueno que a él le hizo sentir estas humildes letras al leerlo.

Gracias nuevamente a todos...Y gracias Ricardo

Helena dijo...

Precioso cuento, de esos que merecen convertirse en clásicos.

Te felicito.

Unknown dijo...

Alberto, de niña creía que el arco irirs eran las pinceladas que la lluvia dejaba pintadas en el cielo. Y ahora vienes tú a revelarme que son mariposas.
El día que tenga hijos este será uno de los cuentos que les contaré.
El tuyo es un relato hermoso, simple y transparente; digno de la más pura fantasía.
Carla.

Unknown dijo...

"El nacimiento del arco iris" es un canto a la ternura, a la inocencia, al resto de pureza que aún llevamos en el alma.Sólo las mariposas, con sus vuelos cual pinceladas de un pintor, podían ser el "misterio" del arco iris. Me encantó. Y además de encantarme, pretendo memorizarlo para contárcelo a mis amistades.

Odi

Unknown dijo...

Un relato tierno y muy agradable de leer. Tal como leo en algunos comentario, yo también pienso que debería ser un cuento clásico: de esos de contarle a los niños, y que van de boca en boca; de generación en generación.
Te felicito, amigo.

Tito Grandi

(Agradezco tus palabras sobre mi texto "El perro que venció al olvido". El Perro Fernando es merecedor de todas las frases de cariño. Alberto, yo solamente fui el enlace entre tú y él)

VIVIR ES EL ARTE DE ATRAVESAR ESPERANZAS. -R.M.J.