viernes, 11 de marzo de 2011

El último tren

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El gusano gigante y rugiente
hecho en fuego en acero y madera
se alejó rechinando en los rieles
cual furiosa y fantástica fiera...
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Tú te fuiste encerrada en su vientre
con un rictus amargo en los labios
y el calor de tu mano afiebrada
me abrazó en el andén solitario.
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Pronto el tren se burló de mis ojos
y mató en una curva mis ansias
aumentando su aguda sirena
el amargo sabor de mis lágrimas.
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Qué pesadas se tornan las piernas
cuanta niebla aprisionan los párpados
cómo cambia la voz, cómo tiembla
cuando un tren nos aleja el pasado.
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Tú te fuiste con él hace meses
y así a diario te sigues marchando
cuando el viejo reloj da las nueve
y el tren deja el anden solitario.
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Sé que al fin volveremos a unirnos
tras el corto camino, tan largo...
y será el mismo tren de las nueve
que vendrá a devolverme el pasado...
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Disfrazaste la tos traicionera
con sonrisa valiente y cansada
y hacia el norte partió el tren cargado
con tu pobre esperanza angustiada
y mi cruel presentir despiadado...
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Qué pesadas se tornan las piernas,
cuánta niebla aprisionan los párpados
cómo cambia la voz, cómo tiembla
cuando un tren nos aleja lo amado
y qué triste se pone a las nueve
con su adiós el andén solitario...
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Julio Sosa
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VIVIR ES EL ARTE DE ATRAVESAR ESPERANZAS. -R.M.J.